Antes de irse del Techo, luego de muchos años de trabajo y compromiso junto a voluntarios y familias de asentamientos, el voluntario pidió la palabra y dijo:
-Nosotros, los del Techo, tenemos una “fácil victoria moral”: cada fin de semana que se construyen casas o que se desarrollan planes de habilitación social, o que se da una charla en una universidad… en cada una de estas instancias hay una “victoria moral”.
Y luego explicó:
-En esa “fácil victoria moral”, uno tiende a conformarse, porque nos sentimos héroes y responsables absolutos de que esa familia que antes no tenía casa ahora sí la tiene.
Las palabras de este voluntario que en ese momento dejaba la institución fueron muy sinceras y profundas, y cuestionaron el ombliguismo que a menudo nos ataca en el Techo. Esa “sencilla victoria moral” se refería a que es fácil creer que “ya estamos cumpliendo con nuestra tarea”, y que por lo tanto “no se nos puede pedir nada más”. Sin embargo, el voluntario que dejaba la institución hacía énfasis en lo siguiente: esta carrera de mejorar nuestros países recién comienza en el Techo, y debe prolongarse en nuestro proyecto de vida, de lo contrario, el trabajo que hacemos durante los pocos años que estamos en Un Techo para mi País no es más que “autocomplacencia”.
Luego del Techo hay que meterse fuerte en el sector privado, en los medios de comunicación, en las universidades, y fundamentalmente en la política. Desde ahí, desde los círculos donde el poder afecta a más personas, es fundamental que quienes han conocido la realidad de los más pobres asuman este rol y sean actores de cambio.
¿Fue suficiente nuestro trabajo?, ¿qué viene después del Techo?, ¿cómo seguir mejorando nuestro país y nuestro continente? ¿Cómo será el Techo en diez años? ¿Cómo serán nuestros países en diez años? Eso dependerá del compromiso y ruido que metamos, dentro y fuera de la institución.
Que el Techo no sea nuestro techo, sino nuestro Piso para soñar más alto.
Ignacio González
Desarrollo, Un Techo para mi País
2 comentarios:
Muy bueno Nacho, comparto totalmente que no debemos conformarnos con lo que hacemos dentro del techo sino que lo que vivimos ahí, la realidad conocemos, tiene que motivarnos a seguir luchando por un Uruguay mas justo, desde el lugar que cada uno ocupamos en la sociedad, desde nuestros trabajos, estudios, etc...
Muy bueno!!
Lucas
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